Resumen: Para los no creyentes: A causa del pecado, el hombre ha roto relaciones. 1) hipocresía, 2) malos entendidos, 3) trampas, 4) heridas no intencionales que nos hacen construir muros a nuestro alrededor para no volver a ser lastimados. Solo en Jesús, el agua de vida, podemos encontrar aceptación, perdón y restauración de relaciones con los demás.
PERSONAJES:
Persona 1 (P1)
Persona 2 (P2)
Ambos vestidos de negro y pintadas sus caras.
OBRA
P1 y P2 se paran, varios pasos aparte, de frente uno al otro, de lado a la audiencia, con las cabezas agachadas.
Ambos comienzan a ver alrededor de la audiencia en semicírculo, con una mano dando sombra a sus ojos, se miran y se sorprenden al verse.
Caminan uno hacia el otro, estrechan sus manos demostrando agrado de saludarse. Después observan a la audiencia y muestran disgusto o desagrado. Se observan uno al otro (a gusto), voltean a la audiencia (desagrado) y finalmente vuelven sus miradas uno al otro (a gusto), después vuelven a su posición original con las cabezas agachadas.
Vuelven a ver alrededor de la audiencia y se vuelven a sorprender al verse.
Corren uno hacia el otro como para darse un abrazo, los brazos extendidos pero fallan. Ambos miran hacia el frente y dicen: “ a donde se pudo haber ido?” dan vuelta lentamente y de repente se sorprenden al verse de nuevo y corren a encontrarse, pero vuelven a fallar, miran alrededor, encogen sus hombros y vuelven a su posición original.
De nuevo observan alrededor de la audiencia y se vuelven a sorprender al verse.
Caminan uno hacia el otro y se estrechan las manos mostrando amabilidad. Cuando se van a retirar se dan cuenta que están pegados. Se empujan y jalan. Eventualmente P1 pone su pie en la pierna de P2 y empuja. Se separan y P1 se cae. P1 se levanta y se sacude. Ambos se miran desconcertados. Regresan a su posición original.
Vuelven a observar alrededor y a sorprenderse al mirarse.
Caminan uno hacia el otro y se dan la mano, pero P2 reacciona al tocarlo, como si hubiera recibido una descarga eléctrica. P1 vuelve a ofrecer su mano. P2 lo mira dubitativo, ofrece su mano y vuelve a recibir la descarga. P1 mira desconcertado su mano, la sacude y la vuelve a ofrecer. P2 esta muy reacio para estrecharla de nuevo. Experimenta un momento de indecisión y después la estrecha y recibe nuevamente una descarga.
P2 inmediatamente se retira, levanta sus manos y crea una pared alrededor de el (puede construir la pared de cualquier forma). P1 observa con sorpresa, avanza hacia donde esta P2 y nota la pared que ahora los separa. P1 trata gritando y saludando, pero todo es en vano. Camina alrededor de P2, siempre manteniendo la distancia del muro. Después sin posibilidad de entrar, camina desanimado hacia donde estaba. Ambos de frente a la audiencia.
P1 pone su mano en su oreja como si estuviera escuchando algo. Se mueve alrededor del escenario, deteniéndose varias veces para ver si puede escuchar el sonido nuevamente. P1 ve algo en la tierra y se dirige al lugar donde lo vio. P2 comienza a mostrar curiosidad y observa desde atrás de su pared. P1 comienza a recoger agua en sus manos y la toma. Conforme la comienza a tomar, gran alegría y libertad se comienza a ver en su cara. P2 lentamente comienza a salir de su pared y termina tomando agua también, experimentando el mismo gozo y libertad como resultado. Se miran uno al otro con sorpresa y se dan un abrazo. Después P1 señala el agua y luego a la audiencia, P2 asiente con la cabeza y ambos se agachan y alegremente salpican a la audiencia con el agua imaginaria.
EXPLICACIÓN
Para los no creyentes: A causa del pecado, el hombre ha roto relaciones. 1) hipocresía, 2) malos entendidos, 3) trampas, 4) heridas no intencionales que nos hacen construir muros a nuestro alrededor para no volver a ser lastimados. Solo en Jesús, el agua de vida, podemos encontrar aceptación, perdón y restauración de relaciones con los demás.
Para los creyentes: a causa del pecado en nuestras vidas, experimentamos ruptura de relaciones con los demás. Debemos venir a Jesús, el agua viva, cuando el Espíritu nos convence de nuestra necesidad de arrepentimiento y ser llenos de nuevo. Una vez que volvemos a probar la gracia de Dios y el perdón a través de Jesús, podemos perdonarnos unos a otros y experimentar relaciones restauradas.
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